sábado, 5 de septiembre de 2015

Biología

 Sistema Linfático

El sistema linfático es un sistema complejo formado por una serie de órganos y una red de vasos linfáticos. Cada órgano que constituye dicho sistema posee funciones bien definidas y diferenciadas. 

Los vasos linfáticos  se encargan de llevar la linfa que se origina a nivel de los tejidos hacia el sistema venoso y la reincorpora a la circulación sanguínea. Estos vasos se encuentran presentes en prácticamente todo el organismo (excepto sistema nervioso central, médula ósea y cartílagos). Poseen forma en dedo de guante y se comunican entre sí formando una red de pequeños vasos denominados capilares linfáticos.

La linfa  es un líquido de color ligeramente amarillento formado en su mayor proporción (90%) por agua. Asimismo, está constituida por proteínas, que desde el torrente circulatorio han pasado a los tejidos, grasas, restos de células muertas, de bacterias, de células malignas (en el caso de un cáncer) y de células presentes en la sangre como linfocitos. La linfa se depura y es filtrada por los nódulos linfáticos también denominados ganglios linfáticos antes de retornar a la circulación general.

Desde los capilares sanguíneos sale a los tejidos una cierta cantidad de líquido, que en condiciones normales (90%) es reabsorbido, en su mayor parte, por los propios capilares. El resto (10%) se elimina a través de los vasos linfáticos. En todo el organismo se forman de 1 a 2 litros de linfa.

El sistema linfático posee una gran capacidad de adaptación, por lo que en situaciones en los que se produce mayor salida de líquido de los capilares hacia los tejidos es capaz de absorber el excedente de linfa evitando su acumulado .
A lo largo del recorrido de los vasos linfáticos se presentan engrosamientos que corresponden a los ganglios o nódulos linfáticos. Estos ganglios constituyen una parte fundamental del sistema linfático ya que poseen funciones importantes en la defensa del organismo (inmunidad).

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